- 125 gramos de harina tamizada.
- 2 cucharadas de azúcar.
- 1 pizca de sal.
- 80 gramos de mantequilla.
- 250 ml. de agua.
- 4 huevos.
- Ralladura de limón ( opcional).
- Azúcar glas para espolvorear.
Poner a hervir el agua con la mantequilla, el azúcar y la sal. Retirar del fuego justo cuando empiece a hervir.
A continuación se añade la harina de una sola vez ( de golpe ) al agua y mezclar rápidamente con una batidor de mano hasta obtener una pasta homogénea.
Volver a poner el cazo sobre el fuego para quitar la humedad de la pasta durante 1 minuto, a fuego fuerte y sin dejar de remover.
Retirar del fuego cuando la pasta se despegue bien de los bordes del cazo.
Incorporar 2 huevos enteros y batir enérgicamente y cuando esté bien mezclado añadir los 2 huevos restantes sin dejar de remover.
Con dos cucharas grandes untadas de aceite, hacer pequeñas bolas con la masa y freír en abundante aceite caliente.
Freír durante 4 minutos hasta que se doren dándoles la vuelta para que queden dorados por ambas lados.
Es importante no freír muchos de cada vez para que el aceite no se enfríe.
Escurrir en papel de cocina, dejar que se entibien y espolvorear con el azúcar glas.
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